marwa
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 | Tema: El Corán y nuestros hogares  Vie Abr 30, 2010 5:41 pm | |
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«No convirtáis vuestras casas en tumbas. El Diablo no puede entrar en una casa donde se lee la Sura Al Baqara»
Son las personas que viven en un lugar las que lo hacen valioso. Nuestras casas son valiosas si el Corán es leído y enseñado en ellas y sus mandatos son obedecidos allí. Del mismo modo que es el recuerdo de Dios el que hace sagradas a nuestras mezquitas, es la lectura del Libro de Dios la que trae la prosperidad a nuestros hogares.
A este respecto, nuestros hogares y mezquitas son iguales. El Corán señala con respecto a estas moradas:
«Hay gente que rinde culto alabando a Dios y venerando en las moradas que Dios ha mandado que sean erigidas, glorificadas y frecuentadas mañana y tarde para que, en ellas, sea celebrado Su nombre. Glorifican a Dios hombres que no se dejan absorber por la vida mundanal con su cortejo de negocios, olvidando el constante recuerdo de Dios. Son aquellos que celebran sus oraciones rituales, pagan la limonsa prescrita, y son celosos piadosos por su suerte en el Día de la Resurrección, en que los ojos y los corazones contemplen con aprensión la suerte de cada uno, en ese temible y espantoso Día». (24:36-37)
Aunque hay sabios que interpretan las «moradas» de este versículo como si fueran mezquitas, otros consideran que las «moradas» aquí se refieren a los hogares de los creyentes. Es posible que ambos tengan razón. Como hemos observado, es aquello que se efectúa en un lugar lo que le da valor.
El Corán es una munificencia y beneficio para nuestros hogares. La generosidad no se limita a un incremento de la riqueza. Junto a los beneficios materiales, es importante para todas las personas, especialmente para una familia, ser feliz desde un punto de vista espiritual. La lectura del Corán suaviza el corazón. De este modo, crea un ambiente de misericordia y compasión, muy necesario dentro de la familia. En este sentido, si el Corán es leído en una casa, podemos decir que existen felicidad y bendiciones allí. Se dice en un hadiz: «Cuando el Corán es leído en una casa, ésta se agranda para todos los que habitan en ella; los ángeles están presentes allí; los diablos son expulsados y esa casa pasa a ser auspiciosa», (Darimi, Fadail al-Quran, 1). El espacio físico de una casa no es algo que todas las familias puedan poseer. Sin embargo, si queremos un espacio espiritual y las bendiciones, entonces podemos convertir nuestras casas en lugares donde se recuerda a Dios y donde el Corán es recitado.
Los hogares en los que el Corán no es leído son silenciosos y aislados como tumbas. Del mismo modo que los muertos no tienen la oportunidad de conseguir méritos leyendo el Corán, el camino para conseguir méritos está obstruido también para la gente que vive en hogares donde el Corán no se lee. Además, no leer el Corán puede acarrear problemas en el espíritu y la conciencia, y más tarde incluso llevar a la muerte. El Profeta nos anima a leer el Corán en nuestras casas diciendo: «No convirtáis vuestras casas en tumbas. El Diablo no puede entrar en una casa en la que se lee la Sura Al Baqara». (Tirmidi, Fadail al-Quran, 2). Incluso si una persona lee el Corán en el trabajo o en la mezquita, asimismo debe también leerlo en casa. Leer el Corán en el hogar tiene la ventaja de crear un buen ejemplo para los miembros de la familia y enseñar a los niños a amar el Corán. El hadiz se refiere también al hecho de que el Diablo molestará a las personas que viven en casas donde el Corán no es leído. Si queremos hacer que nuestras casas revivan y mantener apartados al Diablo y todo tipo de mal, debemos iluminar nuestros hogares leyendo el Corán. No debemos convertir en ruinas nuestras casas viendo películas y escuchando música que dañan nuestras almas, ocupan nuestras mentes, destruyen nuestros corazones y abusan de nuestro amor.
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